El pasado 16 de abril fue el Día del Emprendimiento, el cual tiene como objetivo impulsar el espíritu emprendedor y fomentar la generación de ideas y su puesta en marcha. Y en donde nombres como Steve Jobs, Bill Gates o Jeff Bezos toman relevancia por ser unos de los emprendedores más importantes y relevantes de la historia. La verdad es que el emprendimiento no es algo que se deba tomar a ligera. No se debe esperar a poner un producto (o un servicio) y esperar a que se venda solo. Hay que dedicarle mucho tiempo y esfuerzo, tanto físico como mental e incluso, por supuesto, económico. Y es que el emprendimiento puede ser algo tan básico como vender sándwiches veganos afuera de la universidad, o algo tan riesgoso como pedir un préstamo al banco para iniciar un negocio físico. Ya sea lo uno o lo otro, el esfuerzo que se coloca en ello, no es constante, es creciente; cada vez tu emprendimiento va a tomar más fuerzas (si haces las cosas bien) y va a requerir de más recursos. Y personalmente creo que ese es el fin: ver cómo algo que iniciaste con tan poco, ahora es algo que te retorna mucho.
Mi consejo es el siguiente: si vas a emprender algo, si tienes una idea de lo que el mercado está necesitando en este momento, empieza ahora, pero ten en cuenta que esto conlleva esfuerzo, sacrificio, incertidumbre, caídas, aprendizaje. Y que al final de todo, verás con tanto orgullo lo que tanto te costó. Haz los estudios correspondientes y ponte a emprender.
