Si podemos tener certeza de algo, es que todo cambia y lo hace a una velocidad sin precedentes, siendo la innovación el vehículo de esta transformación. Nuestras necesidades generan que la tecnología se reinvente permanentemente en pos de brindar soluciones a problemáticas actuales y también futuras, en un proceso que nunca se detiene. Hoy estando a portas del cierre del año 2022 y cuando alimentamos esperanzas y buenos deseos frente al cambio de año que se aproxima, parece relevante intentar hacer un balance de cuanto hemos cambiado para bien o para mal. Este es un acto reflexivo que exige hacer una pausa para dedicar unos minutos a mirar hacia atrás y ver cuanto hemos avanzado. Cuando se trata de lo personal constituye un acto de conciencia y reconsideración, que nos invita diseñar nuevas estrategias en una actitud resiliente, flexible, con capacidad de adaptación de nuestra forma de pensar, para abordar los desafíos que nos depara el futuro próximo.
Pero si eres un profesional, un emprendedor o empresario, con seguridad detectarás que la sociedad y el mercado han cambiado sus formas y medios de relación en esta nueva vuelta al astro Sol. Los negocios se han reconfigurado y enfilan hacia un horizonte de cambios, impulsados en gran medida por transformación digital y las nuevas tendencias tecnológicas, las que no solo nos sorprendieron, sino que rápidamente han ganado un importante lugar, integrándose en nuestras vidas.
Nuestro léxico hoy incorpora nuevos conceptos como el Metaverso, la Inteligencia artificial, el blockchain, 5G y muchos otros más. Así también, hemos incorporado en nuestro cuerpo y actividades, aparatos cada vez más inteligentes y sofisticados, capaces de estar comunicados en un mundo ciber-físico, donde los límites son prácticamente indefinibles. Controlamos el mundo físico desde lo digital, cuando encendemos una luz, abrimos un portón con nuestro celular o damos materialidad a un diseño digital con nuestra impresora 3D. Por otra parte, extendemos nuestro mundo de interacción física a un espacio de encuentro digital, cuando concertamos una video conferencia, usamos la realidad aumentada, leemos un código QR o tenemos el privilegio de dar los primeros pasos en el metaverso.
En 2022, pudimos apreciar un salto cualitativo en las capacidades de realidad aumentada (RA) de nuestros dispositivos (particularmente nuestros teléfonos y tablets) y estamos viendo un impulso aún mayor hacia la Realidad Virtual (RV),con dispositivos más ligeros y portátiles, por lo que en lugar de tener aparatosos auriculares que requieren conexiones WiFi, se transforman en dispositivos que se asemejen más a unas gafas que se conectan a nuestros teléfonos y nos ofrecen experiencias de RV superiores. Estos avances en la RV pavimentan el camino hacia experiencias increíbles en el metaverso, un mundo virtual persistente y compartido al que los usuarios pueden acceder a través de diferentes dispositivos y plataformas.
La automatización de procesos, la personalización y la sostenibilidad han sido los objetivos que están detrás de muchos avances tecnológicos que hemos visto en este 2022. La consolidación del teletrabajo y sus ventajas han mostrado una alternativa a la tradicional productividad basada en la presencialidad. A raíz de esto, el modelo de trabajo remoto e híbrido ha ganado peso a nivel global consolidando el paradigma de la “Empresa Distribuida”. Según la revista Forbes se estima que los modelos de trabajo distribuidos tienen un crecimiento de ingresos un 25% más rápido que los modelos tradicionales. Sin embargo, la escala y la complejidad sin precedentes de los datos que los dispositivos conectados y su poder computacional creciente crean, continúan superando a los recursos de la infraestructura y de la red, a medida que las redes de 5G aumentan el número de dispositivos móviles conectados.
El envío de todos los datos generados por los dispositivos a un centro de datos centralizado o a la nube, causa problemas de ancho de banda y latencia. La Computación de Borde (Edge Computing) surge entonces como una alternativa más eficiente: los datos se procesan y analizan más cerca del punto en el que se han creado. La computación de borde es una infraestructura de computación distribuida que hace que las aplicaciones empresariales se acerquen a los orígenes de datos, como dispositivos de Iot o servidores locales de borde. Esta proximidad a los datos en su origen puede ofrecer beneficios empresariales sólidos, mejores tiempos de respuesta y mejor disponibilidad del ancho de banda.
Como balance, todas estas tendencias tecnológicas que hemos viste este 2022, comparten el enfoque de facilitarnos nuestro día a día, mejorar la gestión y la sostenibilidad, pero solo lograrán este objetivo si somos capaces de replantear nuestras formas de pensar.