Sebastián Vera, de Omega Seafood, nos cuenta una emotiva historia
El pez espada (mal llamado “Albacora” en Chile) es un recurso altamente migratorio que ha sido pescado en nuestro país desde hace más de 60 años, en sus inicios capturado “al palo” o arpón por pescadores artesanales del Norte después llegaron las redes de enmalle usadas por una creciente flota artesanal que tenía sus puertos de base en Lebu, Talcahuano y San Antonio.
En el año 1992 Pesquera Omega cambió su base desde Puerto Montt al Puerto de Coquimbo, y desarrollo por primera vez en Chile el “Palangre Americano”, un arte de pesca más sofisticado y eficiente para la captura del pez espada. Esta
flota de Alta Mar, llegó a tener 15 barcos Industriales dedicados a esta pesquería, sin embargo el tiempo fue evidenciando que era muy difícil competir en los mercados extranjeros con una flota de Naves Mayores, que tenían cada vez más altos costos de operación.
Hoy toda la pesquería de “Albacora” está en manos de los artesanales que pescan con embarcaciones menores y red de enmalle, descargan su pesca cada temporada desde Marzo a Septiembre, entre el puerto de Lebu y el Puerto de Antofagasta.
Personalmente llevo 35 años dedicados casi exclusivamente al pez espada, a su completa cadena de valor, desde la pesca y producción con barcos propios, la compra a proveedores artesanales, los procesos en nuestra planta, los
embarques de producto fresco y congelado a los distintos mercados internacionales y el a veces difícil comercio exterior. Esto ha significado toda una vida llena de permanentes desafíos, muy variados y de múltiples factores incontrolables, también de grandes satisfacciones y largas noches de insomnio.
Debo reconocer que para mí el sector pesquero me provoca adicción, nunca un día es igual a otro, eso te transforma en un atleta lleno de energía y valiosa experiencia, y a pesar que los años pasan (y muy rápido) no te quieres ir, no te puedes ir, sabes que sin esa adrenalina te mueres.
Muy pronto cumpliré 70 años, que me cuesta trabajo creerlo, pero a pesar que como dice el antiguo refrán, “los años no pasan en vano” me siento vigente, aún con muchas energías y ganas de transmitirle a mis hijos la experiencia que he ganado con tantos años de duro trabajo.
Hoy Omega Seafoods es una empresa familiar, que sigue siendo el primer exportador de pez espada, ya que conformamos un muy buen equipo de trabajo de gran experiencia, somos “sobrevivientes” en un negocio cada día más difícil y competitivo, hemos visto aparecer y desaparecer a nuestro lado a numerosas empresas, pero nosotros
seguimos navegando con rumbo determinado. Desde hace 3 años mis dos hijos mayores se han incorporado al equipo de trabajo lo que nos ha permitido inyectar sabia nueva, que me hace mirar el futuro con más ilusión.
Ha sido un trabajo muy largo y de mucho esfuerzo, donde se cosechan éxitos y fracasos, alegrías y de las otras…pero sin lugar a dudas soy un agradecido de esta actividad, he logrado buenos amigos, muchos reconocimientos, pero lo más importante es la tranquilidad de saber que siempre hemos actuado priorizando nuestros principios y valores que lamentablemente en nuestro sector, cada día se ven más escasos.
Imposible terminar esta breve reflexión sin enviar un cordial saludo a los vecinos empresarios de nuestro BARRIO INDUSTRIAL y de manera especial a la directiva que con tenacidad y eficiencia lo administra.
Bien podría ser que muy pronto me dé por jugar al Golf…
Sebastián Vera Silva.